¿Alguna vez te han afeado tu acento? ¿En alguna ocasión has hecho el típico chiste o comentario sobre cómo habla un andaluz o un murciano, por ejemplo? Pues cuidado, porque se puede tratar de glotofobia: la fobia a un acento no centrista.
Sí, como lo has leído, se trata de la discriminación o rechazo a quienes hablan con un acento no estándar y que generalmente esconde razones elitistas o de superioridad. Esto que a priori puede parecer poco importante, sí que lo es, sobretodo cuando se traduce en un motivo para que alguien no consiga un trabajo o se convierta en objeto de humillaciones.
De hecho, es un problema tan serio que ya hay países en los que se ha lesgislado contra la glotofobia. En Francia, y tras una dura polémica susticitada al respecto hace un par de años, existen sanciones económicas de hasta 45.000 € e incluso penas de cárcel si se ha rechazado a alguien por ese motivo en el proceso de selcción para un puesto laboral. Un estudio en Alemania demostraba que los sueldos variaban en torno un 20% en función del acento y que incluso se evitaba dar puestos de cara al público a personas que no tuvieran un acento centrista. Pero no sólo en el mercado laboral, esta situación se da en todos los ámbitos: desde la política hasta el mundo de la farándula, aquí nadie se libra.
El término fue acuñado por el profesor de sociolingüística y didáctica de la Universidad de Rennes 2 en Bretaña (Francia) Philippe Blanchet, y se compara con la discriminación por motivos sexuales, raciales o religiosos.
En España, teniendo en cuenta que conviven varias lenguas y multitud de acentos, no somos una excepción. Los acentos más discriminados son los de Extremadura, Andalucía, Murcia y Canarias, denotando además motivos económicos y una cierta creencia de superioridad. Aaunque parece que en general todo aquello que so suena a castellano estándar produce un cierto rechazo.