No nos cansaremos de repetirlo: leer es maravilloso. Y está lleno de beneficios.
Y no nos referimos solamente a los más obvios como que es entretenido, que mejora el vocabulario, ayuda a escribir correctamente sin tener que insistir en reglas gramaticales u ortográficas, desarrolla la imaginación… si no que hay mucho más.
Está demostrado que leer estimula la empatía ya que nos hace ponernos en el lugar de los personajes y nos ayuda a tomar decisiones, aumenta nuestro conocimiento del mundo y de cultura general, dedicar todos los días un momento a leer un libro ayuda a combatir el estrés y el insomnio, desarrolla nuestro pensamiento crítico, aumenta la inteligencia, estimula la creatividad, ejercita la memoria lo que retrasa enfermedades neurodegenerativas, los lectores habituales se sienten más contentos, incluso hay estudios que demuestran que leer a diario aumenta las probabilidades éxito laboral…
Como veis. una actividad sencilla pero llena de ventajas.
Por eso es importante fomentar este hábito tan saludable desde la infancia: leerles un rato todos los días a nuestros hijos, acostumbrarles a que nos vean con un libro en las manos, acompañarles en su proceso de aprendizaje y descubrimiento de la lectura… Para los que son más mayores y no tienen esa costumbre, es un proceso que requiere de algo más de disciplina: procura llevar un libro siempre encima (ya sea físico o digital) ya que viajar en transporte público o estar esperando para algo puede ser una buena ocasión para leer unos párrafos, programa un momento del día para ti y tu lectura (no hace falta que sea mucho, 20/30 minutos al día), si un libro no te gusta no te obsesiones, cambia a otro que sí te atrape… ¡No os arrepentiréis de dejaros acompañar por un buen libro!