Cada 8 de mayo es imperante recordar la lucha que lentamente se ha ido conquistando para reivindicar el derecho de las mujeres en la sociedad. Una lucha histórica, por situar a las mujeres en igualdad de condiciones frente a los hombres.
Este día también nos invita a reflexionar en cuánto se ha avanzado, no sólo en el ámbito laboral, sino también en la educación, en el que aún millones de mujeres de todo el mundo encuentran barreras. El acceso a la educación es fundamental para lograr erradicar la desigualdad.
Hay innumerables obstáculos, todavía hoy en día, que impiden acceder a las mujeres a la educación, como por ejemplo, el aislamiento geográfico, la pobreza, o matrimonios forzosos cuándo todavía son unas niñas.
Sin educación se les priva de ser ciudadanas con voz en su sociedad. Educar a las niñas y a las mujeres tiene innumerables beneficios: por cada año de educación de la madre, su hija o hijo pasará 0,32 años más en la escuela; si todas las mujeres en los países de ingresos bajos y medianos completaran la enseñanza primaria, la tasa de mortalidad de sus hijos menores de 5 años se reduciría un 15%.
«La educación es un poder para las mujeres, y eso es por lo que los terroristas le tienen miedo a la educación. Ellos no quieren que una mujer se eduque porque entonces esa mujer será más poderosa” Malala Yousafzai
Todavía queda mucho camino por recorrer, pero es un hecho que la lucha continúa, porque la historia ha demostrado que son ellas, las agentes transformadoras del cambio y del progreso, desde el ámbito educativo y cultural hasta lo político y económico. Una lucha que es de todos y que no se va a detener.