Eres aquello que haces, no aquello que dices que harás.
Nos cuesta menos crear expectativas que cumplirlas, y se nos olvida que somos aquello que hacemos y no lo que decimos que vamos a hacer. Nuestros actos son los que dicen de nosotros, las intenciones son sólo un decorado.
Tenemos que recordar siempre que en el caso de que las promesas y expectativas no se acompañen de esfuerzo por hacerlas realizad son inútiles, y nos pueden crear frustración.
En cada uno existen tres personalidades: lo que somos, lo que creemos que somos y lo que los demás piensan que somos, razón por la que debemos buscar que las tres vivan en armonía. Si decimos que vamos a hacer algo y después no lo hacemos, las tres personalidades chocan, y se generar emociones negativas.
“Son útiles o buenas las acciones que sirven a un propósito y lo alcanzan.”