Muere a los 94 años, el famosos físico británico, Peter Higgs, padre del bosón de Higgs, conocido popularmente cómo «la partícula de Dios», una partícula fundamental que actuaba como cemento del Universo. Ha vivido lo suficiente para ser testigo de este descubrimiento científico, que predijo en 1964, pero que no se demostró hasta 2012, momento en el que recibió el premio Nobel de Física.
Higgs, era capaz de explicar la física de una manera muy simple, pero a la vez muy profunda. Falleció el pasado lunes, y con él, se ha ido una leyenda de la ciencia. Se definía como una persona no creyente, pero aún así creía que la ciencia y la religión pueden ser compatibles.
Como científico, fue intuitivo, y todo un visionario, tardó tan sólo una década en presentar su teoría, la más relevante para la física de partículas.
«Peter Higgs fue un individuo extraordinario, un científico verdaderamente talentoso cuya visión e imaginación han enriquecido nuestro conocimiento del mundo que nos rodea», dijo en un comunicado Peter Mathieson, director y vicerrector de la Universidad de Edimburgo.
«Su trabajo pionero ha motivado a miles de científicos y su legado seguirá inspirando a muchos más para las generaciones venideras», afirmó.