Carta de una profesora de Física indignada

Espero y confío que esto os sirva de aprendizaje para el extraordinario, que hagáis los exámenes limpios, ordenados, bien redactados, sin faltas de ortografía ni burradas infantiles y sobre todo espero que estudiéis como los que sois, estudiantes universitarios, ADULTOS. Como tales ocupáis un lugar privilegiado en estos tiempos tan difíciles que corren, y ello os obliga a estudiar 8 horas diarias, a trabajar como cualquier trabajador once meses al año, cosa que por más que me juréis que hacéis no puedo creer a la vista de la inmensa mayoría de lo que he leído.

No sería justo por mi parte hablar sólo de los desastres que he encontrado, aunque hayan sido la más aplastante mayoría, como veis en la lista. Ha habido exámenes que han sido una auténtica delicia de corregir, de algunos de vosotros que traslucís con rotunda evidencia lo mucho que habéis estudiado y lo que os habéis esforzado durante toda la evaluación continua. Mi enhorabuena más sincera a todos vosotros. Y mi agradecimiento por vuestro esfuerzo.

Y si unos cuantos pueden ¿por qué los demás no? Pensadlo. Por favor. Haced autoanálisis, una autocrítica, tened el valor de ser sinceros con vosotros mismo y poned remedio a tiempo. O en caso contrario no os empeñéis en algo que os queda grande, si es que es esa la conclusión.

Repito que sois unos privilegiados en estos tiempos tan duros que corren y que es inmoral la forma en la que muchos de vosotros despilfarráis recursos y vuestro potencial. Como consejo de abuela os digo algo que seguro que ya os han dicho antes: jamás volveréis a tener ni la edad, ni la fuerza, ni el potencial, ni las oportunidades que tenéis hoy, aprovechadlas antes de que os tengáis que arrepentir de no haberlas aprovechado.

Estoy muy disgustada, y en honor a la verdad, cabreada. Es por ello, y por otras ocupaciones que tengo, que prefiero enfriar y dejar la revisión de exámenes para el lunes 16. Si venís a ver vuestros exámenes haceros conscientes de lo que habéis escrito, leed el Tipler, y analizar vuestras respuestas. No estoy dispuesta a repetir n veces lo mismo. A muchos os voy a poner a leer en voz alta lo que habéis escrito.

Espero que en el extraordinario me deis más alegrías.

Recibid todos un saludo”.

Conclusiones:

En Internet podemos ver muchas respuestas a esta carta, tanto en artículos como en comentarios a los mismos, como esta de aquí en las que básicamente los autores recriminan a la profesora que la culpa no es de los niños, sino de lo profesores que no corrigen esta situación que les llega. Una posición muy simplista en mi opinión, queda muy bien defender a los niños. La situación es compleja: hay profesores que no hacen bien su trabajo y no enseñan, hay niños que no lo ponen fácil, hay padres que dejan que eso pase, la educación ha bajado mucho el nivel y la sociedad tiende a que el niño no estudie y busque la salida más fácil. Cada cual tiene su culpa y generalizar es siempre simplificar el problema. Pero decir que los niños (a +18 años en la facultad) son unos pobrecitos productos inocentes es primero, pensar que son idiotas (y por lo tanto hacerles flaco favor) y después cometer uno de los mayores errores que se está cometiendo….dejarles la vida fácil. Nosotros nos encontramos con padres desesperados que dicen «¿qué voy a hacer con mi hijo si no quiere estudiar?». Precisamente hoy en día que hay tantas cosas con las que se les puede castigar (Playstation, tele, ordenador, móvil, tablet, salir, vacaciones….). Pero no quieren enfadarse con los niños, hay que ser sus amigos y tenemos casos de niños que se van de viaje a Ibiza después de suspender todos los exámenes. ¿Así quién quiere estudiar con 15 años? Y si el niño tiene dificultades se le cambia de colegio, se le paga clases extra, se le manda al extranjero, se le mete en un colegio o universidad de pago, se le mete por enchufe en un trabajo etc etc. De hecho muchos padres nos dicen en las clases de refuerzo que es nuestro trabajo educarles y hacerles que estudien. Cuando el trabajo es conjunto, sin unos padres que cooperen, es muy difícil que un niño adquiera el placer de aprender y ganarse las cosas por sí mismo. Además, cuanto más se tarde más difícil la recuperación. Unos padres deben educarles con el ejemplo, que los niños vean placer en estudiar, leer y educarse, forzarles cuando no quieren, que vean que las cosas se las tiene que ganar uno, intentar quitarles de influencias «nocivas» tanto de tele-basura como de entorno. Algún alumno hemos tenido que conseguíamos que estudiara y cogiera interés, sólo para que quedara con sus amigos que le convencían que es mejor estar en la calle sin estudiar y todo el trabajo se va por el desagüe. Ya no es tanto porque salga adelante en la vida….lo que se están perdiendo estos niños es el placer de aprender, de formarse, de SABER, de llegar a conclusiones y de forjarse un sitio en la vida no a base de talonario sino de esfuerzo y méritos propios. Así que no es nada fácil con lo que tiene que lidiar esta profesora a la que entiendo perfectamente. Llegan alumnos que no saben a cuanto hierve el agua….de hecho les parece gracioso, que no operan bien con sumas, restas y multiplicaciones…y que prefieren salir al botellón. Todo mientras la profesora debe enseñar un temario de Física avanzada. Ella, estoy seguro, habrá hecho su esfuerzo…si no no se habría frustrado tanto como para escribir la carta. ¿Donde está el esfuerzo de los chicos? ¿Dónde están las ganas de estudiar, de aprobar y de sacarse una carrera de unos chic@s ya casi hombres y mujeres que deben adquirir los atributos y la madurez que necesitarán para desarrollar sus trabajos futuros? Es fácil decir que debemos dárselo hecho, pero en la facultad opino que los profesores deben enseñar, pero los alumnos ya tienen que venir con la seriedad de querer aprender cómo es su futura profesión. Si no sigue siendo una guardería. Aún así..todo esto es TAN difícil en una sociedad donde gana más un tertuliano de la tele diciendo tonterías que el médico que ayuda a dar a luz, donde un científico tiene que emigrar mientras Belén Esteban vende libros o donde un músico después de años de estudio tiene que buscar trabajo fuera mientras Paquirrín vende discos y le contratan para bolos. Así no es nada fácil crear ganas de estudiar, de esforzarse y de superarse. Entiendo la frustración de esta profesora.   twitterprofesoracarta

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Scroll al inicio