Es un problema recurrente que noto en el carácter español, eso de «no dejar hablar al otro» o dejarle hablar sólo para poder decir lo siguiente, sin escuchar. De hecho se ve hasta en la política actual. Ya hemos comentado que es un problema que se refleja en la lengua.
Somos muy partidarios de escuchar lo que dice la otra persona, de diálogos con pausas, con la bola pasando de un lado al otro de la pista. Esa es la única manera de poder ver todos los lados del problema.
En los sistemas anglosajones, es muy común clases o asignaturas de debate. Donde enseñan a los alumnos a desarrollar sus ideas, exponerlas y defenderlas antes los otros. No defenderas a muerte como aquí, sino escuchando lo que aportan los demás y reconociendo que pueden tener razón.
En otras ocasiones hemos compartido imágenes que reflejan esto. Hoy os dejamos otra.