Hoy os traemos una interesante explicación de la RAE ante un caso curioso en la lengua española: el imperativo de salirle. Una palabra que puede pronunciarse pero no representarse por escrito.
Mientras que oralmente el resultado de añadir el pronombre átono «le» a la forma verbal «sal» daría como resultado [sal.le]; en su versión escrita, al tener que soldar el pronombre pospuesto al verbo, el resultado sería sal+le, salle, cuya lectura sería [sá.lle] ya que «La interpretación forzosa como dígrafo de la secuencia gráfica ll en español hace imposible representar por escrito la palabra resultante de añadir el pronombre átono le a la forma verbal sal».
Éste es problablemente el único «bug» de la ortografía española.