En lo que será la mayor revisión del Sistema Internacional (SI) desde su instauración en 1960, el amperio, el kilogramo, el kelvin y el mol serán actualizados.
De la actualización del kilogramo (unidad de masa) ya os hablamos más detalladamente hace unos meses en un artículo (podéis leerlo aquí), el cilindro de 1880 que se guarda en la Ofina Internacional de Pesas y Medidas de París ha variado su peso con el cambio del tiempo. El kilogramo será definido con la «constante de Planck» meadiante la balanza de Watt, un instrumento que compara la potencia mecánica con la potencia electromagnética utilizando dos experimentos separados.
El amperio (unidad de corriente eléctrica) se medirá con una bomba de electrones que genera una corriente medible contando elecrtones individuales en vez de con un experimento imaginario que genere fuerza entre dos cables infinitos como se hace a día de hoy.
El kelvin (unidad de temperatura) se definirá en el nuevo sistema con termometría acústica: la frecuencia de las ondas que resuenan dentro de una esfera llena de gas proporcional a la velocidad media de los átomos que hay en ella. Hasta ahora se relaciona con la temperatura y presión a la que coexisten el agua, el hielo y el vapor de agua en equilibrio.
Y por último el mol (unidad de sustancia), si hasta el momento se define como la cantidad de sustancia que hay en un sistema con tantas entidades elementales como como átomos hay en 0,012 kilogramos de carbono-12 se redefinirá de ahora en adelante mediante un instrumento que determinará la cantidad precisa de átomos que hay en una esfera perfecta de silicio puro-28.
El objetivo de estas modificaciones es el de definir estas unidades en relación a constantes fundamentales y no arbitrarias como se ha hecho hasta ahora. Aunque los cambios se votarán en noviembre de 2018 en la Conferencia General de la CGPM (el organismo que supervisa el el SI), no entrarán en vigor hasta mayo de 2019.