Bletchley Park era algo más que una mansión victoriana situada en Buckinghamshire, fue un enclave estratégico durante la II Guerra Mundial donde se descifraban los códigos utilizados por los alemanes durante el conflicto con la máquina Enigma.
Alan Turing fue uno de los muchos científicos que alcanzó la fama en semejantes circunstancias. Era el principal responsable de descifrar el código enigma en Bletchley Park con los mejores tecnólogos, físicos y especialistas, para 1943 eran capaces de descifrar en torno a unos 84.000 mensajes al mes.
Como parte del proyecto de la Escuela Gubernamental de Codificación y Cifrado, había cerca de 9.000 trabajadores involucrados en el proyecto en la famosa mansión, de los cuales más de 6.600 eran mujeres. Ellas eran las encargadas de manejar los teletipos, máquinas de cifrado o la famosa Colossus (uno de los primeros computadores digitales de la historia, proyecto de alto secreto que contribuyó a ganar la guerra).
De ese 75% de la plantilla que suponían las mujeres, hubo tres nombres que destacaron especialmente: Joan Clarke Murray, Margaret Rock y Mavis Lever Batey.
Joan Clarke Murray llegó a Bletchley Park para realizar labores de oficina, aunque pronto fue trasladada a la sección de desencriptado, donde trabajó codo con codo con Turing. Es curioso sin embargo, que, como las mujeres no podían ser criptoanalistas, tuvo que ser calificada como lingüísta y rellenar sus informes de la siguiente manera: “grado: lingüista, idiomas: ninguno”. Fue la única mujer que trabajó en el centro neurálgico y fue ella quien consiguió descifrar los códigos de los submarinos alemanes.
Margaret Rock fue una de las pocas matemáticas que trabajó en Bletchley. Su trabajo era tan bueno que era considerada una de las mejores de todo el personal y a día de hoy seguimos sin saber exactamente cuales fueron sus logros porque fue clasificado por la Ley de Secretos Oficiales de 1939 de Reuno Unido.
Mavis Lever Batey, fue considerada una de las más importantes descifradoras de códigos. Con un buen nivel de alemán, coloboró con el Ministerio de Guerra antes de llegar a Bletchley, descifró una serie de importantes mensajes de la marina italiana y tuvo un papel crucial en el Desembarco de Normandía: consiguió que los alemanes creyeran la información falsa de los espías falsos capturados para que el ejército germano creyera que el desembarco de las fuerzas aliadas se haría por el Paso de Calais.