«La gente se olvidará de lo que has dicho, se olvidará de lo que hiciste, pero nunca olvidará cómo les hiciste sentir».
Preciosa y acertada cita de Maya Angelou con la que queremos empezar este jueves. Efectivamente hay que tener cuidado con lo que se dice y se hace, porque el resultado final de todo eso es cómo hacemos sentirse a los demás y es esa sensación la que es difícil de olvidar.
Angelou, fallecida en mayo de 2014 a los 86 años de edad y cuyo verdadero nombre era Marguerite Ann Johnson, tiene una de esas biografías apasionantes que merece la pena conocer: una infancia difícil, violada por el novio de su madre siendo una niña de 7 años, llegó a tener que ejercer la prostitución para poder salir adelante con su hijo, bailarina y cantante se ganó la confianza de Martin Luther King y de Malcom X, comenzó su andadura literaria en 1969 con su primera autobiografía «Sé por qué canta el pájaro enjaulado», profesora universitaria, mujer envuelta en controversias, comprometida… Incluso en 1979 una desconocida llamada Oprah Winfrey, esa que hoy en día es archiconocida, se convertió en su discípula. Maya Angelou contó con el apoyo de Bill Clinton, lo que la terminó por encumbrar hasta que en 2011 el presidente Barack Obama la otorgó la máxima condecoración en Estados Unidos: la Medalla Presidencial de la Libertad.