Un tribunal francés ha vetado recientemente a unos padres el uso de la letra ñ a unos padres en el nombre de origen bretón de su hijo. Este veto, que aunque ahora se encuentra en el centro de la polémica, proviene del año 2014 y en su favor el Estado francés mantiene que utilizar la letra ñ significaría “romper la voluntad de nuestro Estado de derecho para mantener la unidad del país y la igualdad sin distinción de origen”.
En un intento de imponer el francés como lengua única, han quedado fuera de cualquier documento oficial muchos signos foráneos, entre ellos el uso de la virgulilla, ese tocado que convierte a la n en ñ. El caso de los padres del pequeño Fañch no es algo aislado, en la misma lucha se encuentran en el País Vasco francés e incluso franceses descendientes de españoles que han visto como sus Begoñas, Ibañez, etc. pierden la ñ. Esta ley afecta también a los acentos españoles en nombres propios y apellidos, por ejemplo.
Mientras que la ley francesa sigue mantiendo que aunque no se admita el nombre de Fañch y que en su defecto llamar al pequeño simplemente Fanch no va a crearle ningún contratiempo, los padres sin embargo apelarán en los tribunales el próximo mes de octubre.