El pasado 16 de noviembre despegó el cohete ruso Soyuz desde el cosmódromo de Baikonur (Kazajstán) llevando la nave espacial Progress MS-10 sin tripulación pero con más de 2.500 k. de carga para reabastecer la Estación Espacial Internacional.
Y fue desde la Estación Espacial Internacional donde el astronauta de la ESA Alexander Gerst pudo, por primera vez, capturar con una cámara las imágenes del lanzamiento, cómo salía del planeta, sus distintas etapas de separación… además de unas espectaculares vistas de la curvatura de la Tierra (para los que siguen empeñados en es plana). El vídeo, que Gerst compartió en sus redes sociales empezando con un «Esto es real», es un timelapse que varía de velocidad en varias ocasiones respecto a la real para resumir quince minutos en uno solo y es tan impresionante que parece sacado de una película o un video juego con lo último en efectos especiales. A veces la realidad (afortunadamente en este caso) supera a la ficción.