Este padre nos ha devuelto la fé en que aún quedan padres que se preocupan de verdad porque sus hijos consigan sus metas académicas (y creednos, sabemos lo que decimos, pero de eso ya os hablaremos otro día). De acuerdo, el ejemplo es tal vez un poco extremo, pero la historia merece la pena ser contada.
Juan José, un alumno de la Facultad de Magisterio del Campus de Puerto Real (Cádiz), acaba de terminar sus estudios de Grado de Educación Primaria y como cualquier alumno ha posado orgulloso para su orla, al igual que sus compañeros. Lo que convierte esta orla en algo tan especial es que junto a la foto de Juan José aparece la de su padre con el emotivo mensaje «Papá de Juan José y de todos…»
Y el papá de Juan José aparece porque se lo ha ganado con creces. Su hijo nació con una discapacidad severa, cuando el bebé tenía tan solo 6 meses la madre falleció y desde entonces este padre ha hecho todo lo posible porque las limitaciones de su hijo no limitaran de verdad su vida.
En este caso en concreto, Juan, que así se llama, no solo ha llevado y traído a su hijo a clase todos los días durante los 4 años de carrera sino que siempre ha permanecido a su lado, esperándole al lado de la puerta, en el pasillo, llevándole de una clase a otra, a la biblioteca… hasta tal punto que incluso los profesores le invitaron a entrar a las clases. Y no solo eso, Juan se convirtió en el papá de todos porque incluso se ofrecía a llevar en su coche a los compañeros de su hijo que lo necesitaran.
El día en el que se tomaron las fotos para la ya famosa orla, el fotográfo que aunque acostumbrado a retratar alumnos con diferentes discapacidades, estuvo charlando con Juan y fue cuando conoció la historia. Además de conmovido, coincide con los compañeros de promoción de Juan José en la humildad con la que este padre ha hecho todo lo que ha hecho por su hijo, y de él nació la propuesta de rendirle homenaje en la orla ya que como los mismos alumnos dicen, sin matrícula y sin exámenes pero ha estado allí tantas horas como ellos. Brillante idea del fotografo y maravillosos los compañeros que aceptaron encantados, todo hay que decirlo.
Y debe ser verdad lo de que de casta le viene al galgo, porque si es merecido el homenaje al padre es digno de admiración el hijo, puesto que esta era su segunda carrera universitaria ya que antes se graduó en Matemáticas y seguro que contó con el mismo apoyo incondicional de su padre.
Las caras de orgullo y felicidad de ambos en sus respectivas fotografías lo dicen todo.