Llorar en español, la gripe y la mosca española… y otras expresiones que nos mencionan.

Cualquier lengua contiene infinidad de expresiones idiomáticas que generalmente tienen orígenes poco claros o curiosos, peculiares… lo cierto es que aportan una gran riqueza a la lengua y que además es muy divertido experimentar aprendiendo expresiones de otras lenguas o tratar de buscar su equivalente en español.

Si hace poco os retábamos a encontrar en una ilustración 27 figures of speech en inglés, con la correspondiente versión española de cada una de ellas, hoy hemos decidido averiguar si en otros países tienen expresiones propias que nos hagan referencia, ya sabéis, como nos pasa a nosotros con la llave inglesa, la tortilla a la francesa, que algo nos suene a chino o hacernos los suecos para disimular… ¡y aquí tenéis el resultado!

Retomando el ejemplo de que algo nos suene a chino cuando no entendemos de qué nos hablan, nos encontramos con que en eslovaco y en checo se diría que es un pueblo español (al parecer expresión sugerencia de Goethe) y en alemán lo incomprensible suena a español.

Si seguimos con los ejemplos que hagan alusión a la manera de hablar, nuestros vecinos franceses cuando quieren referirse a que alguien habla muy mal el francés y no hay quien le entienda se acuerdan de nosotros diciendo parler comme une vache espagnole, es decir hablar como una vaca española.


Los rasgos de nuestro carácter (sean ciertos o no) tampoco han pasado desapercibidos ni para bien ni para mal. Tanto en inglés como en alemán se dice de alguien que es orgulloso como un español cuando tiene mucho amor propio debido a la fama de nuestro temperamento. En Estados Unidos cuando alguien exagera o tiene una tendencia al dramatismo son comunes las bromas alegando que llora en español, tópico que parece casi incompatible con ese temperamento que nos atribuyen… Si os habéis quedado preocupados por aquellos que piensan que hablamos de manera incomprensible, probablemente esta expresión os quite el disgusto: hablar en español, también en Estados Unidos, se refiere a la capacidad de seducción propia de un latin lover… sí, vale, de acuerdo, un estereotipo pero después del varapalo de hablar como una vaca española esto nos permite competir con lo de que el francés sea la lengua del amor por lo menos.

Por cierto, volviendo a Francia (no hay que tomárselo de manera personal, seguro que se debe a que la proximidad favorece este tipo de referencias), que un lugar parezca l’auberge espagnole, un albergue español, es que esté desorganizado y que sea un caos. Hacer castillos en España es para ellos el equivalente a nuestro hacer castillos en el aire, entre las hipotesis del origen de esta expresión se barajan ideas como que construir castillos en España era inútil puesto que los árabes se apropiaban de ellos en sus incursiones o que en s. XII los caballeros franceses nunca cobraban los castillos prometidos a cambio de sus servicios y de ahí lo de hacerse ilusiones para nada.

El adjetivo español también se utiliza en muchas expresiones debido a ciertas circunstacias históricas. Es el caso de la mal llamada gripe española, una pandemia de gripe en 1918 que mató a cerca de 40 millones de personas y que no tuvo su origen en España. Aquí llegó cuando ya hacía meses que se habían dado casos tanto en Estados Unidos como en Francia, pero la rapidez con la que se propagó por Madrid (más de la mitad de los madrileños de la época enfermaron en tres días), que la Real Academia de la Medicina de Madrid no tenía noticias de la enfermedad debido a la censura en la prensa mundial generada por la Primera Guerra Mundial y que nuestros periódicos sí le brindaron una amplia cobertura (al no ser una de las naciones beligerantes), nos colgaron el sambenito.

La Inquisición española también ha sido fuente de muchas expresiones, sin ir más lejos y gracias a los Monty Python, en inglés para hablar de la visita de un supervisor por sorpresa se dice nadie espera a la Inquisición española. En muchos países a ciertos elementos de tortura de la época le añaden el término español: la bota española en eslovaco para una especie de calzado alto en la que metían la pierna del acusado para romperle los huesos, o el Spanish tickler en inglés, cosquilleo español, que pese a su nombre se trataba de una especie de garra utilizada para desgarrar la piel.

Se nos atribuye también el llamado jinete español en alemán y eslovaco, el uso de piedras puntiagudas clavadas en el suelo para defender un lugar, que obligaban al jinete a desmontar del caballo, característico en murallas prerromanas de las zonas céltica e ibérica. También tildan de pared española el alemán y el eslovaco al biombo, cuyo origen en realidad es asiático aunque tal vez se deba a que fueron los galeones españoles quienes lo trajeron desde Manila.

Una de las alusiones más pintorescas es la de la mosca española, Spanische Fliege en alemán, para la cantárida, un insecto que ni es una mosca sino una especie de escarabajo y que se encuentra desde el sur de Europa hasta Siberia. Insecto, por cierto, sobre el que cuyas supuestas propiedades corren multitud de historias y leyendas que os recomendamos leer.

Por último la gastronomía, si efectivamente nosotros degustamos ensaladilla rusa, en Italia lo hacen con un helado llamado spagnola, algo que nosotros no consumimos y que consiste en una receta de helado con guindas. El pajarito español es en checo y eslovaco un rollo de carne relleno de verduras. En Alemania hablan de un spanischer Paprika, un pimentón español y el delicioso aceite de oliva andaluz fuera de nuestras fronteras es comúnmente conocido como aceite español.

¿Conocéis alguna expresión más? Pues nos lo podéis contar en la sección de comentarios

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