La orla de la promoción de graduados en Ingeniería de Computadores en la Universidad de Málaga se ha vuelto viral por su atípico aspecto. Estamos acostumbrados a esas fotos con multitud de estudiantes… y en este caso el número de estudiantes se reduce a tres, frente al de los quince profesores.
Como explicación se dice que Ingeniería de Computadores es probablemente la carrera más difícil de España, con una alta tasa de abandonos: más de la mitad de alumnos deja la carrera el primer año (en algunos casos porque la nota de corte es un 5 y les sirve de puente para otras ingenierías). Los exámenes de ciertas asignaturas son tan complicados que además de la tasa de suspensos, los profesores dejan unos minutos a quienes sí se presentan para leerlos y si no lo consideran posible, poder abandonar sin que les cuente la convocatoria.
Los flamantes tres graduados son Rafael Hormigo, Agustín Téllez y Verónica Vigaray. Todos ellos tienen un perfil muy diferente: Rafael de 22 años es un caso excepcional dentro de las ingenierías, ha terminado la carrera en cuatro años y aunque le queda entregar el trabajo de fin de grado ya tiene trabajo en una conocida empresa de recursos gráficos sin haber enviado ni un solo curriculum. Agustín sin embargo tiene 44 años, trabaja, es padre de dos niños y ha hecho un esfuerzo titánico para sacarse la carrera en dos años (tenía estudios de ingeniería previos). Por su parte, Verónica de 31 años, ha tardado seis años en completar el grado combinándolo con varios trabajos e incluso con una enfermedad y quiere dedicarse a la ciberseguridad.
Los tres destacan el esfuerzo y sacrificio que implican estos estudios y recuerdan cómo en algunas clases estaban ellos solos con el profesor, a esa falta de sensación de grupo achacan también que algunos otros pocos alumnos que podían haber aparecido en la orla hayan decidido no hacerlo. Aunque en este caso el sacrificio bien merece la pena ya que el abanico de oportunidades laborales para los alumnos de esta especialidad es muy amplio.