Se trata del estudiante de licenciatura de la Escuela Politécnica Federal de Lausana (Suiza) Wassim Dhaouadi, y ha resuelto un fenómeno físico de casi un siglo de antigüedad: ¿por qué las burbujas de gas en tubos verticales estrechos parecen inmóviles y sin embargo en un vaso de agua, por ejemplo, se elevan hasta la superficie?
Mientras que el caso del vaso de agua se explica fácilmente por las leyes básicas de la física, el de las burbujas en el tubo ha sido objeto de estudio durante décadas. En los años 60 el científico Bretherton desarrolló una fórmula basada en la forma de las burbujas como posible explicación, y desde entonces otros científicos han mantenido que las burbujas no subían debido a una película que se forma entre las burbujas y la pared del recipiente. Pues ahora este estudiante no solo ha podido observar esa delgada película de líquido, sino también medirla y describir sus propiedades; lo que demostró que las burbujas no se quedan pegadas sino que se mueven con tal extrema lentitud que el ojo humano es incapaz de percibirlo.
Para llegar a esta conclusión, Dhaouadi y el jefe de laboratorio de Mecánica de Ingeniería de Interfaces Suaves de la EPFL, John Kolinski, utilizaron un método de interferencia óptica para medir la película dirigiendo la luz hacia una burbuja y analizar la intensidad de la luz reflejada.