Que no cunda el pánico, la diferencia entre el sonido de una palabra y otra es tan sutil que es muy fácil confundirlas, tanto al hablar como al escuchar. Si os sirve de consuelo, es algo que les sucede a los angloparlantes nativos también.
Se trata de palabras homófonas, es decir, son términos que suenan igual pero cuyo significado es distinto y se escriben de manera diferente. Y en español también tenemos unos cuantos: echo (del verbo echar) y hecho (del verbo hacer), asta (refiriéndose al cuerno de un animal) y hasta (preposición), arte (como disciplina que engloba pintura, escultura, etc.) y harte (del verbo hartar)…
Así que mucho cuidado, a practicar, agudizar el oído y …reírse en la medida de lo posible de los inevitables malentendidos que los homophones nos puedan crear porque ¡seguro que lo harán!