Pues poco podemos decir aparte de un ¡enhorabuena!, extensible a alumnos y al profesor, David Hernández.
Se trata de la nota media de los alumnos del instituto público Conde Lucanor en Peñafiel (Valladolid), situado en un entorno rural a 50 km. de la capital, donde acuden alumnos de pueblos de los alrededores a través de una de las peores carreteras. La enseñanza, y por ende el aprendizaje, en estos centros no es particularmente sencilla: los materiales están más deteriorados, los medios y los avances llegan más tarde, en muchos casos no se sacan plazas fijas y los alumnos tienen un profesor diferente cada curso… Con el añadido de la incidencia que la COVID-19 ha tenido este curso. Aunque también es cierto que tiene sus ventajas, en algunas ocasiones el número de alumnos es reducido y eso permite una enseñanza casi personalizada, aunque como vemos en el tuit de este profesor no es el caso.
Para David Hernández, de 32 años y residente en Valladolid, la experiencia no es una novedad. Durante su época de estudiante vivió en Olivares de Duero, un municipio de Valladolid con 313 habitantes, y todos los días recorría 23 km. para ir al instituto en Tudela de Duero. Es su primer año en este instituto de Peñafiel, aunque ya había dado clase en medios rurales en un pueblo de Soria.