Por fin ayer la NASA desvelaba su interesante hallazgo: hay agua en la Luna.
A priori, esto que para muchos puede parecer poco importante, sí que lo es. Este descubrimiento puede facilitar las cosas a las futuras expediciones a la Luna, que como ya os hemos comentado están previstas como fecha tope en 2024. La existencia del líquido elemento podría suponer que futuras misiones no tengan que cargar con agua, lo que podría traducirse como menos peso, más espacio para otros artículos o menor gasto económico, por ejemplo.
Este nuevo dato se ha podido conocer gracias a la investigación realizada por SOFIA, el Observatorio Estratosférico de Astronomía Infrarroja, un telescopio de casi 3 metros de diámetro que viaja en un avión Boeing 747 modificado y que es capaz de observar el espacio a tal altura que no le interrumpen las perturbaciones de la atmósfera. Se ha tardado casi dos años en analizar los datos recopilados el 31 de agosto de 2018 hasta llegar a la información que ayer compartió la NASA.
El agua se encontraría en forma de hielo, en cráteres y zonas oscuras de la Luna o trampas frías, seguramente en un furuto próximo tendremos más información al respecto.