Como prometimos ayer, continuamos nuestro repaso a los diferentes tipos de falacias.
En este caso vamos con las llamadas formales: aquellas en las que la relación entre las premisas hace que la inferencia no sea válida. Es decir, no hay coherencia entre los argumentos que usamos por lo tanto la conclusión es errónea.
- Negación del antecedente: en la que se plantea que si no se cumple la primera parte, entonces no se cumple la segunda.
- Afirmación del consecuente: se parte también de un condicional, pero en este caso se afirma el segundo elemento y entonces se deduce incorrectamente que el antecedente es cierto.
- Término medio no distribuido: no cubre en las premisas a todos los elementos que forman el conjunto.
Pero la cosa no queda aquí, os resumimos algunas de las falacias lógicas más comunes y populares:
- ad baculum: supone manifestar la veracidad de un argumento basándose en la fuerza, la amenaza…
- a silentio: cuando se extrae una conclusión basada en el silencio o la ausencia de evidencias.
- ad antiquitatem: se da por sentado que algo es verdadero solo porque se ha estado haciendo o creyendo desde antiguo.
- ad conditionallis: el argumento está condicionado, pero no puede ser probado ya que el hecho no existe.
- ad nauseam: consistente en repetir tanto un argumento que termina por parecer verdad.
- ad populum: referirse a la validez de una afirmación basándose en el sentir de la mayoría.
- ignoratio elenchi: irrelevante. La defensa de una argumentación que, aunque puede ser válido, no está relacionado con la cuestión que se está tratando.
Podríamos seguir enumerando muchas más… pero con esta guía «básica» seguro que somos capaces de ver las noticias y comentarlas con nuestros conocidos de una nueva forma.